• ✉ ana@relaciongestalt.com
  • ☏ 600 53 61 09

¿Estas emociones son mías? ¿Éste dolor es mío?

Sep 26, 2022

¿Estas emociones son mías? ¿Éste dolor es mío?

Hacerse cargo de la emocionalidad de la pareja, de una amiga, de un familiar y ya no te digo si te haces cargo de la emocionalidad de tu jefe o de tus compañeros de trabajo esto es bastante frustrante, cansado y doloroso. ¿Dónde hemos aprendido en hacer esto?

Si de pequeña/o tuviste un padre o una madre, vamos a decir complejos emocionalmente, irresponsables con su mundo emocional y mental entonces un mayor porcentaje viene de allí. 

En terapia de muchas veces vienen personas que se sienten frustradas por sus relaciones íntimas, sienten que no son suficientes y como si parece que todo depende de ellas. Más allá del adulto veo una niña o un niño que no fue escuchada/o, comprendida/o o tenida/o en cuenta por sus padres con lo que a ella/el le pasaba.

Digo esto porque en cuanto empezamos a rascar, en cuanto empieza la persona a compartir, se da cuenta que por su parte hay un total desconocimiento hacia ella misma en cuanto que no sabe que la nutre en una relación. Cómo se siente cuidada, como se siente valorada, escuchada y esto la hace volcarse en los demás. Es lo mismo que ella hacía de pequeña. Entonces en el trabajo con las relaciones es que siempre hay 2 partes y no sólo 1 la que se tiene que hacer responsable de lo que funciona y de lo que no funciona. 

Es muy doloroso y lo que veo que la persona se siente muy confusa, cansada, enfadada, irritada totalmente desconectada de sí misma en cuanto a cuál es su necesidad para estar en la relación en la que está. Éste mismo lenguaje le produce confusión.

Preguntas que te ayudan a aclararte y saber que es lo que necesitas.

Entonces voy preguntando: ¿Qué necesitas? ¿Qué te nutre en una relación? ¿Cómo quieres/necesitas que los otros te traten? ¿Qué significa para ti ser cuidada? ¿Cómo sería para estar en una relación satisfactoria? ¿Cómo puedes negociar lo que tu necesitas y escuchar al otro lo que necesita?

Estás preguntas nadie se las ha hecho, ni ella misma no se paró a preguntarse “¿qué necesito?”. En la infancia nadie se paró a preguntarle o a mirarle de muchas veces a los ojos para verle. Los adultos cuando viven atrapados en sus mundos sin darse cuenta están proyectando en los niños sus propias necesidades y deseos narcisistas. A una criatura no le tienes que hacer cargo de tu enfado y desahogarte con ella con lo que te pasa. Las emociones de los adultos aplastan a los niños porque no saben cómo manejarlas más cuando hablamos de emociones fuertes…este es un tema que desarrollare en otro artículo.

Es como si la adulta tiene en su interior el condicionamiento, adquirido desde pequeña “yo puedo hacer feliz a mamá y papá porque tengo el poder”, y este mismo condicionamiento/creencia que en su día en la mente de una niña la transformaba en ser omnipotente hoy en día la transforma en esclava de las necesidades de los otros. 

Primero hay que aprender a estar por uno mismo y luego a estar por el otro.

Amar y que te importe de que la pareja está pasando por un momento difícil es algo humano y es importante que éste cuidado esté presente en una pareja. Lo que no puede ser es que tú sufras más por lo que le está pasando a tu pareja y más que sientas que “si haces algo” (este mismo condicionamiento de la infancia), el otro estará feliz. 

No puede ser, esto no es posible y es importante…vamos, de mayor importancia revisar y ser consciente de este condicionamiento que normalmente es inconsciente. Aquí es donde es importante empezar un proceso de terapia en donde, es cómo cuando quieres limpiar el armario de la ropa que está rota porque te das cuenta que estás yendo por el mundo con ropa que es rota…y no te abriga…y también te queda pequeña esa ropa…tirar la ropa que está rota, pero hay que mirar primero lo que está roto y lo que no porque todo esta mezclado. 

Muchas de las personas que ya han empezado este trabajo después de unas cuantas sesiones las veo que llegan a terapia con una sonrisa en la cara, caminan de manera diferente y también se visten diferente. Claramente se nota que están comprendiendo que hay cargas que no son suyas y de las que no les toca hacerse responsables. 

El fruto del trabajo en terapia es aprender a verte con tus propios ojos.

En palabras de una clienta: “Ana Maria me siento bien en mi compañía, me siento feliz conmigo misma porque yo me respeto y me pregunto que necesito, porque he comprendido que primero tengo que saberlo yo para pedirlo. Y luego, sé que la vida de mi pareja no la puedo arreglar porque humildemente me doy cuenta que con mis asuntos ya tengo suficiente y aparte como veo en mí que tengo recursos veo también al otro que tiene los suyos. Aquello de que comprendía a todo el mundo no es real, lo hacía para que me quieran, para que me aceptaran y ahora descubro a través de la terapia que cuanto más me comprendo a mí misma puedo realmente comprender al otro.”

Necesitamos cultivar la honestidad y la humildad con nosotros mismos para ver lo que hay en nuestro interior y sanar. Tú no puedes limpiar la cocina de tu casa si no miras, si no ves lo sucia más o menos está para hacerte una idea del tiempo y de lo que necesitas para limpiar. Eh pues pasa un poco lo mismo con el trabajo personal, necesitamos vernos para ver cómo nos sanamos. 

Me gustaría saber cómo es para ti esto que explico en este post. Estaré encantada de leerte en los comentarios.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Call Now Button