Integrar el dolor del duelo migratorio
La migración es un fenómeno que sacude fuertemente la subjetivad del que emigra. Todo su psiquismo se ve impactado por una decisión que afecta a la persona y a sus seres queridos. Este es conocido por desestabilizar a gran escala la vida de las personas que emigran a otro país, es un complejo proceso de reorganización personal al cambiar todo tu entorno: amigos, familia, idioma, costumbres, nivel social, etc. Surge el proceso que en psicología se llama duelo migratorio.
Emigrar es desaparecer para después renacer; inmigrar es renacer para no desaparecer”.
Samí Naïr
Actualmente las probabilidades de tener que emigrar y que este fenómeno ocurra en nuestras vidas, aumenta exponencialmente por diferentes razones voluntarias como estudiar o trabajar, pero también son muchas las personas que, por condiciones de vida precarias o violentas, se ven forzadas a dejar sus países de origen para poder vivir dignamente.
Sea cual fuere el motivo de la emigración, la persona experimenta en mayor o menor medida un proceso de elaboración de la pérdida de todo aquello que le era conocido y cotidiano. Este proceso, lo identificamos en psicología como duelo migratorio.
Antes de continuar, aclarar que no todas las personas que emigran van a sufrir necesariamente un duelo. De hecho, algunos viven experiencias enriquecedoras y positivas de ello, mejoran su calidad de vida, conocen nuevas culturas y disfrutan sintiéndose ciudadanos del mundo.
Pero, por desgracia, no todos las personas que deciden emprender una vida nueva en un país nuevo tienen la misma suerte. Más común que el duelo es el denominado estrés aculturativo o choque cultural (Martin, 2007); por un lado hay que elaborar el duelo por lo perdido, y por el otro, enfrentarse con lo nuevo y desconocido; en ocasiones, amenazador (Melamedoff, 2012).
¿Cuáles son las peculiaridades del duelo migratorio?
Si este choque es muy duro o no se supera pasados unos meses, es cuando una persona puede sufrir un proceso de duelo migratorio, con las siguientes características (Achotegui, 2009):
- Es un duelo parcial y recurrente: el país de origen, que sería el objeto del duelo, no ha desaparecido; está lejos, pero está. Cabe la posibilidad de contactar y regresar, pueden saber de lo que allí ocurre, sentir por los familiares y amigos que allí quedaron. Se reavivan continuamente los vínculos con el país de procedencia, y eso duele. Puede convertirse en un proceso crónico.
- El regreso del inmigrante es una nueva migración: si se llega a regresar al país de origen, llega una persona muy diferente de la que se marchó, a un país que también ha cambiado. El inmigrante puede llegar a sentir que ya no pertenece a ningún lugar.
- Se pueden dar sentimientos contradictorios hacia el país de origen y hacia el país de acogida: respecto al país de origen se puede tener un sentimiento de amor, pero también un sentimiento de rabia, viéndolo como una mala madre que no le dio lo que necesitaba. Respecto al país de acogida se puede sentir cariño por los vínculos que se están estableciendo, pero también rabia por lo difícil que es la adaptación.
- El duelo migratorio es transgeneracional: si los inmigrantes no llegan a ser ciudadanos de pleno derecho en el país de acogida, este duelo también lo sufrirán los hijos y nietos de los que emigran.

“Uno cree que va a hacer un viaje, pero enseguida es el viaje el que lo hace a él”
Nicolas de Bouvier
Como ya comentábamos antes, la complicación aparece porque es un duelo compuesto de muchos duelos:
- Duelo por la familia y los amigos: imagina dejar a padres enfermos, a los hijos, a los hermanos… Además del dolor por la separación, puede derivar en sentimientos de culpa que empeoran el estado emocional.
- Duelo por la lengua materna: que simboliza las relaciones que el niño desarrolló con sus figuras de apego infantil; el idioma de cada uno, conlleva una gran carga emocional.
- Duelo por la cultura: todo es diferente; el modo de acercarse a la gente, de hacer amistades y de establecer relaciones; la forma en que se expresan emociones, las diferencias de género…
- Duelo por la tierra: por el paisaje y el clima. Tiene muchísima carga emotiva y puede dar lugar a la idealización extrema o a sentimientos ambivalentes de amor-odio hacia la propia tierra.
- Duelo por la situación social: el fracaso del proyecto migratorio y la incongruencia de la realidad con las expectativas que se tenían
- El duelo por la identidad étnica: si el inmigrante o el país huésped tienen un fuerte sentimiento nacionalista. Esto se encuentra muy relacionado con a pérdida de seguridad física que algunos inmigrantes viven al encontrarse con grupos racistas y violentos.

Toda pérdida implica una ganancia y una despedida supone un nuevo encuentro
¿Cuáles son las causas del duelo migratorio
Cualquier circunstancia puede transformarse en estresante, partiendo de la base de que toda situación, sea del tipo que sea, provoca una estimulación en el organismo que “per se” genera una reacción de adaptación, es decir una respuesta al estrés.
Todas estas circunstancias se dan en un contexto determinado, bajo unas condiciones sociales, laborales y personales particulares en un entorno cambiante, por ello, muchas de ellas se convierten en causas de estrés negativo, y se transforman en estresores.
En la aventura que supone viajar a un país nuevo y diferente, aparecen algunas dimensiones estresoras típicas del proceso de adaptación, las cuales mencionamos a continuación:
- La soledad: Inducida por la separación de la familia, los amigos y todos los seres queridos. El sentimiento de soledad está relacionado con los vínculos de apego que como seres humanos elaboramos desde el momento en que nacemos.
- Sentimiento de desesperanza y fracaso: Si las circunstancias no son como esperábamos, no conseguimos aquello que creíamos fácil y vemos menguadas las oportunidades para salir adelante, todo ello desemboca en un sentimiento de desesperanza y fracaso que desaparecerá cuando logremos una correcta adaptación.
- La lucha por la supervivencia: Cuando estamos solos en la jungla de nuestro nuevo mundo, tenemos que proveernos de alimentación, una vivienda y todas aquellas necesidades básicas para la vida diaria. Especialmente en el caso de que no conozcamos el idioma del nuevo país, todas estas tareas que parecen cotidianas pueden convertirse en una lucha diaria.
- El miedo por los peligros físicos, los abusos, la desorientación que vive el migrante hasta que conoce y se adapta a su nuevo entorno.
- La ausencia de una red de apoyo social: que debe ser labrada muchas veces partiendo de cero.
- Temporalidad: No siempre se tiene claro el tiempo de estadía, el cual puede depender de múltiples factores.
Reacciones psicológicas ante el duelo migratorio
Cada persona adopta unos estilos de afrontamiento y una forma de reacción que están sujetos a sus capacidades de manejo del estrés y su manera de elaboración y reconstrucción de sus pérdidas.
Según Achotegui (2002) en el duelo migratorio podemos observar las siguientes reacciones psicológicas:
- Negación: El migrante ve todo igual que en su país, no se siente afectado por el cambio.
- Proyección: El migrante ve que la gente es diferente y opina que la de su país de origen es mejor.
- Idealización: Tal como su ciudad de origen es más bonita, su barrio es mejor y su país es el mejor del mundo.
- Animismo: La lengua, la cultura, el país son vistos con atribuciones de rasgos humanos.
- Formación reactiva: Se da cuando el migrante rechaza su cultura de origen.
- Racionalización: El migrante separa el aspecto afectivo del cognitivo a fin de evitar el sufrimiento.
Consecuencias de un duelo migratorio no resuelto
Si el duelo migratorio no se resuelve, podría derivar en un duelo patológico, sufrir depresión, estrés postraumático y diferentes trastornos de ansiedad.
En los casos en los cuales no se preste la ayuda psicológica necesaria, se producirán cambios más permanentes pudiendo alterar incluso la estructura de la personalidad de la persona afectada.
No es de extrañar que las personas que emigran busquen ayuda social o requieran el apoyo de un psicólogo para sobrellevar las circunstancias que rodean el duelo migratorio.
Los psicólogos, ayudarán a favorecer la adaptación en el nuevo entorno y a que la persona elabore e integre un trabajo emocional correspondiente a su nueva vida.
¿Cómo superar el duelo migratorio en lo cotidiano y generar mayor adaptación?
Cuando se mantiene un duelo abierto a lo largo de nuestra existencia, las futuras generaciones lo llevaran en su vida como una carga. Por lo tanto cerrar el duelo no sólo nos beneficia a nosotros mismos, sino también a los que vienen.
- Reconocer que se está viviendo un duelo.
- Realiza todos los trámites para regularizar tu situación en el país.
- Abre tu corazón y tu mente a lo nuevo con respeto. Participar en actividades culturales o grupos de apoyo que te permitan conocer mejor el lugar y la cultura del lugar que te recibe.
- Deja de reunirte con personas de tu mismo país de origen para criticar o victimizarse. Comparte tu cultura con quienes te han dado la bienvenida al nuevo lugar. En estos intercambios se van generando las oportunidades para enriquecer el proceso de adaptación.
- Tener presente el ciclo de las relaciones sociales. Al principio podrás sentir competencia; sin embargo, esto no es personal y forma parte del proceso. Después vendrá la fase de intercambios en donde podrás entrar en mayor confianza para poder compartir tus saberes y recibir de los otros también.
- Cuando compartas con tus paisanos, después de desahogar la nostalgia, conmemora lo que sea significativo para el grupo y celebra lo que la nueva tierra te ofrece. La gratitud es la memoria del corazón.
Consideraciones terapéuticas:
- Trabajar el enojo y la idealización. Dar espacios a las emociones que nos atraviesan, expresarlas asertivamente. Hablar con los hijos, expresarles que es tan difícil para ellos como para ustedes mismos como padres lidiar con el proceso y que “juntos” podrán hacerle frente al proceso de adaptación. Establece vínculos con los compañeros de clase o de labores del país o ciudad que los recibe y compartan gastronomía y tradiciones. Ninguna cultura es mejor que otra, cada una ofrece oportunidades maravillosas de aprendizaje.
- Realizar el duelo implica:
a) El adiós y la despedida de personas, cosas, lugares.
b) desarrollar un proceso de cierre de ciclo. Visualiza cada uno de ellos, realiza ese viaje virtual desde tu mente, conectando tu corazón, hacia esas personas, lugares y espacios que te dieron los momentos de vida que hoy extrañas. Agradece los aprendizajes, reconoce en que pueden serte útil en este proceso de integración al nuevo lugar donde llegas. Y diles “adiós”… Pronunciar esta frase es la renuncia a la ilusión del “volver” y permitirá que puedas hacer tu vida sin sentimiento de culpa, respetando la decisión que tomaste al partir. - En el lugar donde te encuentras viviendo, hazte de un rinconcito que te conecte con tu tierra de origen: coloca la bandera, recuerdos significativos como por ejemplo: fotografías de tus lugares preferidos, de tus seres queridos, si puedes: un bol con tierra de tu tierra, etc. Son símbolos importantes que te ayudarán a reconectar con tus raíces.
Está en nosotros reevaluar la situación desde un punto de vista optimista y esperanzador.